01 julio 2008

Paréntesis

A ver, me gusta el fútbol. Es más, adoro casi todos los deportes (y yo al automovilismo no lo considero un deporte) y casi todos los juegos. Me gustan. Soy un jugador nato...

Eso es una cosa y otra es ser un fanántico.



Vi el partido con una cerveza en la mano, en un bar, tranquilo. Me alegré con la victoria y aplaudí al campeón. Sin estridencias.

A mi espalda un grupo de energúmenos daban saltos de alegría. Los mismos tíos que hacía un mes habían puesto a parir a Luis Aragonés, los que habían pitado el último amistoso de la selección, los que habían criticado a Fernando Torres apenas unos instantes antes de empezar el partido. Esos tíos daban saltos de alegría y cantaban canciones estúpidas.

Soy seguidor del Zaragoza (pasen a darme el pésame)... y me gustó que ganara España. Pero no busqué un componente político a la victoria. Eso es una gilipollez. Si la patria es eso, que se pare el autobus que yo me bajo.

Además soy de la anticuada idea de que el concepto de nación es uno de los más dañinos creados por el hombre.



Al comenzar la Eurocopa dije que igual de estúpido era decir que íbamos a ganar seguro, como que nunca pasaríamos de cuartos de final.

No había ninguna maldición y España no es un equipo infalible. En un campeonato como este la suerte influye muchísimo. Si Casillas no hubiera parado los penaltis, si Turquía no hubiera remontado tres partidos, si Holanda no se hubiera dormido en los laureles... el resultado hubiera sido distinto.

Ahora la victoria es por el grupo, por el toque, por la unidad. Si Toni hubiera metido un gol, volveriamos a ser la misma mierda de siempre. El mismo equipo, diferentes comentarios.

Así que no me vengan con fanatismos de hinchas...

Sólo se que en la final España jugó muy bien.

A mi me basta.

Etiquetas: , ,