19 diciembre 2007

El universo en la palma de mi mano

"¡En 2012, no habrá más información! ¡Lo único que tendremos es basura en el sistema! ¡La información es un recurso finito y estamos gastándolo demasiado rápido!"

Los invisibles / Grant Morrison (últimos años del siglo XX)



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Una pequeña fábula:

Desde mucho antes de que se inventara la imprenta existió un grupo de personas obsesionados en compilar el conocimiento humano en un único libro. A estos radicales peligrosos se les llamó bibliógrafos.

Sin embargo aquel plan maestro (un libro que contuviera en su interior la descripción formal y de contenido de TODOS los libros escritos hasta una determinada fecha) se vió malogrado por la invención de la imprenta por parte de Satanás (aunque todavía hay quien le echa la culpa al pobre Guttemberg).

Desde entonces estos visionarios siguieron trabajando con el mismo empeño. Pero cada vez había más libros, más lenguas, más imprentas. Hubo intentos de bibliografía temáticas, nacionales, dialectales... pero el gran proyecto (LA Bibliografía Universal) se abandonó.

En 1895 un par de locos, a los que la Historia ha tratado con demasiada benevolencia, llamados Paul Otlet y Henri La Fontaine (¡dos abogados!) retomaron el proyecto. No eran más que dos belgas idealistas e internacionalistas (La Fontaine recibió el Nobel de la Paz de 1913 por potenciar las relaciones de amistad entre Francia y Alemania... ejem... algo que visto lo que ocurrió al año siguiente no se puede considerar un éxito total) con una idea estúpida en la cabeza: liberar la información, más allá de paredes, más allá de fronteras. ¿Les suena?



Fracasaron, pero de sus derrotas nacieron las "victorias" actuales.

Surgió la ciencia de la Documentación, las bases teóricas primigenias del WWW y una nueva forma de ordenar el conocimiento que hoy en día es ya la mayoritaría en la bibliotecas de medio mundo (la CDU)... porque por qué describir el contenido de un libro con palabras, si se puede hacer con un simple número.



Ha pasado más de un siglo y seguimos luchando. Las fronteras siguen pesando, pero poco a poco se van ganando batallas: una norma común que detalla como describir un texto formalmente (ISBD), un formato electrónico para intercambiar registros bibliógraficos entre bibliotecas (MARC) y un proyecto realista de Bibliografía Universal (CBU) donde cada país se encarga de lo publicado allí y luego comparte la información con el resto.

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La pregunta es la siguiente: ¿de qué sirve todo esto si la gente deja, no sólo de leer, sino también de desear el conocimiento, de ambicionar la información?

Esa es la gran cuestión del siglo XXI.

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3 Comments:

  • Lo que más se ambiciona es lo que no se puede tener, Mr. Roski. Con tanta facilidad para obtener información, las personas se están convirtiendo, en el mejor de los casos, en receptores pasivos de datos (no queramos saber los que modifican y "completan" esos datos creyendo saber de lo que están hablando). De aquí salen los gafapastas, un híbrido entre rata de biblioteca y ciudadano del mundo, moda incomprensible años atrás. Pero esto es otro tema y deberá ser tratado en otra ocasión.

    Pero será como cuando salieron las primeras enciclopedias: pasada la novedad de tener toda la sabiduría universal al alcance de un click, se adaptará a nuestra vida diaria y será una herramienta de consulta más. Y entonces sí lo utilizará, espero que con algo más de cabeza, la gente que ambiciona información.

    O al menos eso espero...


    pd.- por cierto, el post en sí me ha parecido muy interesante, y la fábula, fantástica (pobre Gutenberg, qué culpa tendrá...). Y que no me pierdo ni un post, aunque sea como mujer invisible :)

    By Blogger saricchiella, at 1:15 p. m.  

  • Hola, sigo vivo.

    Yo creo que seremos la última generación que hizo un esfuerzo por memorizar cosas. Ahora la gente tiene la información tan a mano que ya nadie se esfuerza en memorizar. Por eso son unos cazurros de tomo y lomo. Bueno, hasta que se inventen los recuerdos implantados, que esa va a ser la gran revolución en unos años. O yo he leído mucho Philip K. Dick, que también puede ser.

    Un saludo!

    By Blogger DECKARD, at 4:50 p. m.  

  • ¿Cómo consigue hacer interesante casi cualquier cosa? (disculpe mi ignorancia hacia el tema, pero hasta hoy ni me había planteado la trascendencia del ISBN).

    Creo que nos gusta ser apocalísticos y negativistas, precisamente los nuevos medios de comunicación e información demuestran que las personas ya no son meros receptores pasivos de los mensajes, sino que cada vez existen más indivíduos que buscan actvamente la información que quieren o necesitan. Y es más cada vez existen más personas que voluntariamente crean contenidos de interés para otras por el mero placer de informarse e informar.

    Aunque me gusta la apocalipsis informativa y, al margen de lo que sigan haciendo lo malos, existe una verdadera revolución de base referente a como las personas hemos decidido hacer uso de las tecnologías.

    Ya me callo...

    By Blogger Estrellita Mutante, at 4:59 p. m.  

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