Yo, amo y señor de este blog, elijo a…
Gilbert “Gil” Gunderson
El viejo
Gil es un vendedor fracasado. Es más, es EL FRACASO con patas, con una gran L (loser) tatuada en la frente…
Es sin lugar a dudas (y según mi opinión) el personaje más paradigmático de
Los Simpson.
Apareció tarde (en la época que todos recordamos como la mejor de Los Simpson: entre la 9ª y la 11ª temporada) pero lo hizo a lo grande. Vendedor de casas al estilo
Glegarry Glen Rose…
Se refiere a si mismo en tercera persona y cuando el trato directo no funciona pasa a la súplica (justo
lo que nunca debe hacer un vendedor).
Su vida está indisolublemente unida a la de
Lionel Hurt. Era su jefe en su primer trabajo conocido (vendedor de casas, como ya hemos dicho) y lo sustituyó como picapleitos cuando este se “retiró” de la serie (recordemos la triste muerte de su doblador). Si
Lionel es un fracaso como abogado,
Gil es el fracaso del fracaso. No se puede caer más bajo. Es imposible.
Moe tiene en propiedad un bar y tiene sus negocios, sus aspiraciones.
Gil sabe que nunca saldrá del pozo y sus suplicas lo único que hacen es arrancarle la dignidad.
Todos los personajes secundarios han mostrado alguna vez alguna altura moral, algún cierto entusiasmo, algún rastro de sentimientos y de humanidad. Sólo tres o cuatro se libran de este estigma moral:
Frank Grimes,
Gil y el adolescente con granos. Son la esencia de
Los Simpson: 100% fracaso.
Gil ha vendido (o lo ha intentado) casas, zapatos y automóviles usados. Estas tres ocupaciones son, junto a la de abogado, las más odiadas y vilipendiadas por la cultura popular americana.
Me hice fan suyo cuando intentaba vender al colegio un lote de ordenadores
Coleco (“se oxidan fácilmente…cierra el trato Gil, cierra el trato”). Una idea brillante: el peor producto para el peor de los vendedores. Quizás el momento álgido del personaje.
También ha sido telefonista, mascota de un equipo o limpiador en una cadena de grandes almacenes (o en el badulaque). Como podéis comprobar el puesto de
Gil está cada día más alejado de la cima.
Los guionistas lo hacen caer cada vez más y más. Su vida personal, el lugar donde vive… Su desgracia nos hace felices. La desgracia de todos los personajes
Cierto que en
Los Simpson hay ternura y amor. Pero todo orbita alrededor del fracaso. Sin el fracaso no se entiende nada. El fracaso es divertido, no hay duda, peo el gran mérito de
Los Simpson (en su época dorada más si cabe) es emocionarnos ante el triunfo de algunos de sus personajes: tan bajo caen que aunque se eleven un milímetro consiguen alegrarnos.
Lamentablemente ya sabemos que
Gil nunca se levantara del barrizal que es su vida. El día que lo haga dejará de gustarme la serie. Bueno... quizás no.
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La semana que viene termino con un post recopilatorio sobre la serie.
Espero que os haya gustado
Etiquetas: Gil, Semana Simpson
